Las
translúcidas alas, casi indistinguibles dentro del dorado ámbar. Las
extremidades rotas, debido a la desesperada lucha contra su ineludible final.
Los delicados cabellos, flotando inmóviles.
Los senos resecos y la piel disecada, sólo sostenidos por la prisión
fósil. El protector abrazo a la larva dormida en su regazo. El último grito de
ayuda, ahogado en resina prehistórica.
viernes, 19 de febrero de 2021
Eterna
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