viernes, 19 de marzo de 2010

Sigues escondida

En la braza ardiente, en un cigarrillo recién prendido, en la alegría de un fogón compartido...estas tu. Sin embargo no te veo...
En la fragancia de la lavanda, en el humo de un leño de pino, en el aire después de que llueve sobre el mar...estas tu. Sin embargo no te huelo...
Cuando los grillos entonan sus melodías de verano, cuando las olas gimen excitadas mientras abrazan a las costas, en la risa de un niño estas tu. Sin embargo no te oigo...
Donde los pétalos de flores silvestres gotean el rocío de la mañana, en las caricias, los besos, cuando uno se libera de las presiones y obligaciones cotidianas y puede disfrutar de las pequeñas cosas... y se siente como caminando descalzo y sintiendo en los dedos la suave sensación de un pañuelo de seda....estas tu. Sin embargo no puedo acariciarte.
Quien esté saboreando una comida sazonada con cariño, quien sonría alegre y sinceramente a quien le habla, quien comparta un mate con un ser al que aprecie...te tendrá a su lado. Y sin embargo...no te beso.
Sigues escondida, esquivándome (o esquivándote) en las sombras de mi subconsciente realidad. Porque todo el mundo le teme a la oscuridad de lo desconocido. O quizás estés en las antípodas...no se. Se donde buscarte y no te encuentro. Por favor, espérame.

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